Gracias a este proyecto, todos
los niños y niñas, desde los más pequeños de 2 años hasta los mayores de
12 han tenido la oportunidad y privilegio
de ser participes del milagro de la vida, siendo autores y responsables del
nacimiento de esos 18 pollitos. Aprendiendo mediante la práctica y observación
directa el proceso de gestación de un embrión de pollo desde el huevo hasta su
nacimiento, pudiendo establecer un proceso cronológico y evolutivo.
La actividad, que comenzó a
principios del pasado mes de mayo tuvo varias fases: en la primera se comenzó
hablando sobre los seres vivos, los animales y sus diferentes formas de
reproducción, centrándonos como es normal en las gallinas y los ovíparos. En
esta fase los niños comprendieron como se gestaba un pollo y como se podía
sustituir de forma artificial con calor y humedad a una mama gallina. Una vez
interiorizada esta primera fase, tuvo lugar la segunda, en la que tras
introducir los huevos en “La Gallina de Madera”, una simple caja con una
bombilla (calor) y agua (humedad), todos los niños y niñas mediante turnos,
fueron los encargados y responsables de girar periódicamente durante los 21
días que dura la incubación, todos los huevos. En este proceso, y tras la
ruptura accidental de uno de los huevos, los alumnos que quisieron pudieron
observar y conocer directamente un embrión de pollo a mitad de su gestación,
momento en el que ya formado el sistema nervioso, se pueden distinguir las
distintas partes que conformaran el pollito una vez nacido.
La tercera y última fase que
comenzó el pasado 2 de junio, y que mas interés despertó en los alumnos, fue la
eclosión de los huevos. Durante toda la semana que duró
el proceso de nacimiento de pollitos y su posterior instalación en su espacio
propio para su desarrollo alumnos y profesores de forma individual y
grupal, siguieron con expectación todo el proceso, desconocido para la mayoría,
pero emocionante para todos. Y es que tanto profesores
como alumnos contemplaron emocionados el nacimiento y desarrollo de los
pollitos, haciendo entrar a sus padres y abuelos a ver los pollitos y la
incubadora. Los cuales han valorado la experiencia como interesante y fructífera.
De forma simultanea, los niños
también han podido seguir el proceso natural gracias a una mama gallina que ha
gestado sus propios pollitos en el Colegio y que ha permanecido en libertad por
todo el centro hasta el pasado viernes, constituyendo junto con los pollitos
incubados, una pequeña granja en la que visitantes y profesores disfrutaban impresionados al ver como sus
alumnos e hijos tiernamente motivados y sensibilizados se sentían responsables
del bienestar, alimentando, cuidando y acariciando a unos pollitos que podían
revolotear, correr y escarbar por los jardines interiores del Colegio, gracias
a su esfuerzo y dedicación. Algo, que para los niños de hoy en día se presenta de una
forma clara e ilustrativa, vinculado claramente con su vida cotidiana dado el
ambiente rural de nuestro entorno.
Y es que, según Enrique Bretones, Presidente de la
Mancomunidad, “fomentar el cuidado y atención de los seres vivos puede tener
numerosas ventajas educativas en el desarrollo de los alumnos, además de despertar
un interés natural por tratarse de un tema cercano, asegurándose la existencia
de bases emocionales para la sensibilidad de los niños dando información que se
vincula con el conocimiento del medio natural en el que vivimos. También cuenta
con la participación activa del niño y le da herramientas para que esos valores
se conviertan en comportamientos para la buena convivencia ciudadana y el
progreso solidario. También, quiso agradecer al Gobierno Regional la ayuda
en virtud de la cual, “la Mancomunidad Costa Occidental ha podido contratar
a 7 monitores y se van a contratar a 5 mas en septiembre para dinamizar los
cuatro ayuntamientos durante todo el año”
Gracias a proyectos educativos como este se logra apoyar
los procesos de enseñanza, enriqueciendo el trabajo académico, fortaleciendo y
ampliando los conceptos aprendidos en las álulas. Además se acerca la ciencia a
los escolares, comprendiendo los procesos reproductivos, adquiriendo
conocimientos, valores, actitudes e intereses que contribuyan a valorar la atención
y cuidado de los seres vivos, así como a fomentar la participación y el sentido
de la responsabilidad compartida.
Contribuir a que la escuela sea un espacio entusiasta de
aprendizaje, donde el asombro y la curiosidad se estimulen, no siempre es
fácil, por eso debemos de reconocer el admirable trabajo de quienes diariamente
tratan de alimentar las mentes infantiles con aquellos conocimientos que
permiten el desarrollo de todas sus facultades. Ya que a través de la educación
se puede contribuir a lograr una sociedad equilibrada y pacífica, fomentando el
cuidado de todas las formas de seres vivos, incluyendo los humanos, porque
quien respeta la vida animal, respeta la vida humana.
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